Trastorno de conducta alimentaria: Detección y comprensión como punto de partida para ayudar

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Trastorno de conducta alimentaria: Detección y comprensión como punto de partida para ayudar

Os invito a leer estas líneas a aquellos que dudáis de si alguien a quien queréis, puede estar presentando un problema con la comida. Además de comprender su sentir y su pensar a través de cómo “funciona su cabeza” en la primera parte del artículo, os añado un texto explicativo donde podáis clarificar dudas, sobre si esa persona importante tiene riesgo o no de desarrollar un trastorno de alimentación.

 Poder comprender el diálogo interno de una persona con trastorno alimentario, facilita que la persona que sufre este problema, no sienta la profunda incomprensión de sus seres queridos, y por supuesto en que me convierta en un agente de ayuda para lo que más quiero en mi vida. La sensación de incomprensión que sufre la persona que tiene un problema alimentario de sus figuras de protección y de referencia, determina su sufrimiento en soledad, y su lejanía y aislamiento hacia su entorno inmediato, entorno que sólo desea protegerle y cuidarle como ha hecho hasta ahora.

 La comprensión evita que minimicemos o ignoremos su forma de sentir, y que nuestros propios prejuicios desalienten lo que más queremos, que nuestros hijos sean felices y puedan, en este caso, comprobar que la vida es bonita y que queremos formar parte de la suya.

Dialogo interno

 

“He vuelto a hacerlo….. Me siento fracasada… me había prometido a mí misma que no volvería a suceder… me lo prometí sintiendo que podía… y no entiendo qué ha pasado…. Estaba pudiendo… lo estaba controlando… pero ha vuelto a pasar, y mientras siento nuevamente ese ansia, es impulso que me libera… no pienso… solo como… como lo prohibido, rápido, a escondidas…. Diría que siento un perverso consuelo y alivio… Pero luego vuelve…. Me  siento sucia, incapaz, arrepentida,… viene esa angustia que me invade… la culpa que me atormenta…  y lloro… me avergüenzo de mí misma… me puede sentir que no he tenido control sobre la comida sobre mí… y viene ese rechazo a mi cuerpo… el miedo a engordar… me invade una silenciosa y profunda tristeza…

Decidida voy al baño, me encierro, me agacho sobre la taza del baño y me libero… es lo único que puedo hacer… no hay marcha atrás…., el tiempo que la comida pasa en el estómago hasta que consigo devolver me sigo engordando, rabia miedo enfado y angustia… no puedo… me detesto

Y ahí estoy… mientras me lavo en el lavabo me asomo en el espejo… y me sorprende mi propio gesto… mi debilidad… y necesito retirarme a mí misma la mirada, rehuirme, así de triste y así de real

Me aseguro que queda todo limpio, ordeno la cocina… y trato de distraerme para olvidar lo ocurrido, me enchufo a la tele hasta que llegue mi familia. Trato de borrarlo y hacer que no ha pasado también frente a mí misma.

A la noche, me voy a mi habitación a ponerme el pijama y veo mi desnudez de soslayo en el espejo… y mis muslos… mi tripa… los toco… noto la grasa que recubre mis músculos y siento asco… no me gustan… insisten en que estoy delgada… pero sé que no es así… no me gusto…. Siento enfado hacia ellos… no entienden lo que necesito, cómo me siento, ni lo importante que es para mí… Me hacen sentir superficial y absurda. No me gusta mi cuerpo… no me gusta mi falta de control….

Y cojo aire, y en esa bocanada de aire que entra en mi cuerpo, encuentro la fuerza de un nuevo compromiso… alcanzar el cuerpo que deseo y el control sobre mi y la comida… y todo encaja… y la armonía aparente dentro de mi vuelve… me siento capaz…

Concilio el sueño fácil… y la mañana siguiente llega… momento de vestirse y simular mis imperfecciones… esconder mi cuerpo en ropa holgada…y prohibirme mirarme al espejo para empezar bien el día. Tiro la leche del desayuno por la fregadera… y cojo dos madalenas que meto en la bolsa para tirarlas cuando salga a la calle…. Seguiré fingiendo, ocultando, controlando… y me pesaré y constaré ahí mis logros, me sentiré tan bien a cada meta alcanzada, a cada gramo perdido… Ignoraré, tengo que ser fuerte, y obviar todo aquello que luche contra esto, eso es el origen de  mi malestar y mi enemigo…”

 

La insatisfacción que presenta respecto a su imagen corporal es el síntoma central del trastorno de alimentación, acompañado por la sensación de descontrol respecto a las propias funciones corporales. Las actitudes negativas respecto a su propio cuerpo y a su imagen, son los responsables de desencadenar la enfermedad y de mantenerla a lo largo del tiempo, por lo que la recuperación del peso es insuficiente. Las causas que desarrollaron este trastorno de la imagen corporal, se encuentran en problemas intrapersonales de la historia biográfica de la persona que lo sufre.

En muchas ocasiones, coexisten con trastornos emocionales, y una sensación previa a la enfermedad de ausencia de control sobre lo que pasa en su vida emocional, y que compensa con la búsqueda de la perfección y el control fuera de las relaciones interpersonales. Muchos descubren que el hecho de ejercer control sobre los estudios o la comida, aporta logros y una nueva sensación de poder en su vida, que les reporta sentido del bienestar, pero siempre ha de haber un nuevo logro para volver a sentir esta satisfacción, por lo que la exigencia hacia sí mismo cada vez es mayor.

Además de comprender a nuestro hijo, es muy importante detectar a tiempo el problema real de distorsión de la imagen corporal, pudiendo ser de ayuda la observación desde la distancia de los siguientes comportamientos:

  • El rechazo o malestar bien es sus emociones, actitudes o creencias respecto al propio cuerpo, están presentes.
  • Grado de distorsión perceptiva, esto es, si nuestro hijo realiza una estimación de su dimensión corporal poco objetiva y desproporcionada.
  • Miedo intenso a engordar. Estar muy pendiente del número de comidas, horarios, lugar y forma, dado que tienden a ser irregulares e inadecuados. Contenido y cantidad de comida ingerida habitualmente desajustada. Presencia de alimentos prohibidos.
  • Durante la comida algunas personas suelen presentar un comportamiento atípico, de marcada lentitud, cortan la comida en pequeños trozos y gastan gran cantidad de tiempo organizándolos en su plato.
  • Puede presentar conductas de evitación para ocultar su imagen, como llevar ropa ancha, evitar ponerse en bañador, no querer quitarse la camiseta en la piscina, evitar ir a comprar ropa, no mirarse al espejo, etc.
  • Conducta de reaseguración respecto al cuerpo : mirarse una y otra vez en el espejo, medirse partes del cuerpo, pesarse de forma continua
  • Perfeccionismo elevado, baja autoestima, miedo a la maduración, dificultad de tolerar emociones, dificultades en las relaciones interpersonales.Cada vez más estudios e investigaciones nos muestran que, el trastorno de conducta alimentaria está asociado a eventos de la historia biográfica del adolescente o adulto, que provocaron ansiedad intensa o dolor, como pérdidas, rechazo social de sus iguales, abusos físicos o sexuales, problemas en el apego con las figuras paternas.

Como padres, sabemos que nuestros hijos cuando se asoman a la edad de la adolescencia, atraviesan momentos difíciles, y sin lugar a dudas, no todo significa que mi hijo tenga un problema psicológico. Por su puesto que la insatisfacción con mi propio cuerpo no representa directamente una alteración que haya que consultar en sí misma, y por lo tanto no tiene por qué suponer un riesgo para el desarrollo de un trastorno de la conducta alimentaria en este caso. Sin embargo, cuando esa insatisfacción comienza a presentar una distorsión de la imagen corporal, debemos estar pendientes, y si cumple varios de los criterios explicados anteriormente, sí es importante estar alerta de su evolución y vivencia en relación a la comida, porque ahí sí existe un riesgo de desarrollo de trastorno de conducta alimentaria.

Aunque esta situación os preocupe sobremanera, y os angustie y desborde, evitad convertiros en un enemigo añadido a su problemática, que lo que añadiría es un clima familiar nefasto, elevado nivel de frustración en ambas partes, y una agravación del problema de nuestro hijo.

Cuando realmente tengáis el convencimiento que hay un problema a este nivel, es necesario que consultéis con un profesional de la salud mental, que pueda buscar el origen del problema e ir resolviéndolo con vuestra ayuda.

 

Si deseas profundizar en información sobre:

  • la «Anorexia, Bulimia y Obesidad» en la Adolescencia, te remito a este encale que pueda resultarte de interés,

Anorexia, bulimia y obesidad

  • los «Trastornos y problemas de alimentación» en la Infancia, te remito en este caso a este enlace,

Trastornos y problemas de alimentación.

  • la «Anorexia, Bulimia y Obesidad» en la edad adulta, te remito a este otro,

Anorexia, bulimia y obesidad

 

Mónica Pérez Arias,

Centro psicológico – MPA

Na – Col. 000937