
En el centro psicológico Mónica Pérez Arias en Pamplona como especialistas en la depresión infantil señalamos que en la población infantil tiende a infravalorarse el problema psicológico de la depresión, dado que los síntomas presentes en los menores suelen ser diferentes a la población adulta. La detección de una depresión en la población infantil es compleja porque el propio proceso evolutivo que está viviendo el menor, implica en sí mismo cambios significativos. Con mucha frecuencia, los cambios debidos a una depresión suelen confundirse con un cambio en el comportamiento del niño, que es lo que en sí mismo genera el motivo de consulta, sin haberse detectado por su entorno próximo un problema en su estado de ánimo como tal.
¿Cómo detectar la depresión en niños?
Si la depresión en niños no se detecta o no se ayuda al menor a superarla, puede generar problemas en el desarrollo de las habilidades sociales, emocionales, cognitivas e interpersonales del niño y a los vínculos afectivos entre padres e hijos.
En población infantil, el problema de la depresión principalmente suele manifestarse a través de un incremento del retraimiento social, y/o falta de concentración, y/o irritabilidad, y/o hostilidad, y/o afecciones somáticas. La infancia es un proceso continuo de cambio para el menor, lo que genera en este aprendizaje del día a día donde las exigencias se aumentan de forma progresiva o no, situaciones que el niño no sabe cómo afrontar. Los síntomas que hablan de forma más explícita de este diagnóstico, es si el niño se muestra apático y sin ganas, con dificultades de la concentración que puede generar limitaciones en su rendimiento escolar, quejas de dolores de cabeza, de estómago u otros problemas corporales, sin interés por cosas que antes le atraían, tristeza, una diminución de su capacidad de disfrute, ansiedad y nerviosismo, irritabilidad marcada, dificultades para conciliar el sueño, despertares frecuentes o hipersomnia durante el día, escasa energía, especialmente a la mañana, cambios en el apetito tanto por exceso como defecto, recurrente en el tema de la muerte y búsqueda y fijación por los aspectos negativos del día o de sí mismo.
Todos hemos llorado, sentido tristeza, falta de interés social en un momento determinado. El sentimiento de tristeza y todas estas manifestaciones comienzan a hablarnos de un problema, y en concreto de una depresión, según la frecuencia de aparición, su intensidad, duración e interacción en la vida de la persona que lo presenta. Para detectar la presencia de un trastorno depresivo en la infancia:
- la clave suele ser la tristeza y el desinterés por lo que sucede en el entorno
- la tristeza no tienen por qué presentarse de forma evidente, tendiendo a disfrazarse en estas edades, con episodios o estados de irritabilidad ante situaciones nimias, hostilidad, actitud quejosa, manifestaciones físicas de agresividad, y llorar forma desproporcionada ante situaciones poco significativas.
- Las manifestaciones psicofisiológicas (problemas de sueño, sueños tristes, fatiga, pérdida apetito, estreñimiento, molestias corporales difusas, síntomas gastrointestinales, dormir en exceso, etc.) y motoras (comportamientos de evitación, descenso de las actividades cotidianas, llorar...), en este período evolutivo, suelen ser los síntomas más frecuentes
Un episodio depresivo infantil, independientemente de la edad, está constituido por un conjunto de manifestaciones muy variado, y la forma en que éstos tienen de presentarse y evolucionar, hace que el comportamiento y conjunto de síntomas de una persona deprimida, sea muy diferente a la de otra con el mismo problema. Además de estos síntomas vegetativos y conductuales más frecuentes en la población infantil, también pueden darse otros síntomas descritos a continuación:
La depresión en nuestros infantes se está dando de manera creciente en los países desarrollados, habiendo aumentado al 2% la prevalencia en la actualidad, esto es, que de 100 niños 2 presentan este tipo de problema.
Las situaciones externas más frecuentes en estas edades que tienden elicitar problemas depresivos en los niños serían:
- En niños entre 0 y 6 años, los motivos principales tienen que ver con el apego y las circunstancias que rodean al seno familiar.
- Entre los niños que tienen entre 7 y 12 años, tienen que ver con situaciones generadas fuera del entorno familiar: malas notas, interacción con compañeros, cambio de colegio, competencias en deportes y juegos
Metodología de nuestro centro psicológico expertos en depresión infantil en Pamplona
Si la depresión no se detecta o trata, puede generar problemas en el desarrollo de las habilidades sociales, emocionales, cognitivas e interpersonales del chaval, y en los vínculos afectivos entre padres e hijos. Tanto las técnicas cognitivos conductuales, terapia interpersonal como el EMDR son los enfoques de elección actual.