Psicólogo para miedos y fobias en la infancia en Pamplona

Para la detección de un problema real a este nivel, los padres deben discriminar si el niño siente un miedo irracional y desproporcionado respecto a un objeto o situación real que se lo provoca. El niño lo vive como una "auténtica" amenaza, de ahí la angustia y el pánico que le suscita. Como resultado de ello, intentará "evitar sistemáticamente" esa situación. Aunque el niño reconoce que ese miedo que siente es excesivo, no puede controlar su necesidad y reacción de alejarse de ese objeto temido. 

Nuestros psicólogos clasifican la gravedad del trastorno fóbico según el grado de incapacitación del miedo 

La edad nos indicará si su miedo es o no un miedo evolutivo. Los miedos evolutivos tienden a aparecer a unas edades concretas, y acompañando y validando esos temores en nuestros hijos, apoyamos a que los superen de forma natural. A los 8 meses es frecuente el miedo a las personas extrañas. Con 4 años de edad se hace patente el miedo a la oscuridad, a estar solo, a seres imaginarios, a los animales, y a los truenos. A los 8 años el miedo a la muerte se suele hacer visible.

Los psicólogos especializados en miedos y fobias en niños de nuestro centro psicológico en Pamplona señalan las siguientes como las más frecuentes

  • miedo a la oscuridad, siendo una de las más frecuentes en la infancia, revirtiendo en dificultades importantes para el descanso y dinámica familiar en el momento de acostar
  • fobia escolar, que el niño suele reaccionar mediante molestias físicas tales como cefaleas, dolores abdominales,... , incluso vómitos, con el fin de evitar la asistencia a la escuela
  • miedo a tragar, normalmente tras una experiencia vivida en primera persona o habiéndola presenciado en otra, de un atragantamiento. Tiende a ser muy invalidante, generando una tensión significativa en el sistema familiar, con regresión importante en la calidad (purés, dieta blanda, alimentos tabús, etc), cantidad de ingestas realizadas, con pérdidas de peso importantes.
  • miedo a alejarse sólo de casa
  • miedo a los lugares muy concurridos de gente
  • miedo a los espacios abiertos
  • miedo a los animales (domésticos, insectos, campo)
  • miedo a las alturas
  • miedo al agua
  • miedo a fenómenos naturales (tormentas, relámpagos o terremotos)
  • miedo al daño corporal y la enfermedad (sangre, inyecciones, médicos y a la posible amenaza de daño físico): puede llegar a ser incapacitante cuando su padecimiento supone la evitación de consultas, pruebas o intervenciones médicas necesarias para la salud de la persona que la padece. El desmayo, o síncope vasovagal, es sin duda la reacción más llamativa de este patrón difásico de respuesta. El desmayo no se produce en todos los pacientes, ni en un mismo paciente en todas las situaciones; aproximadamente se da en el 70% de los pacientes con fobia a la sangre.
  • miedo a la muerte (pérdida de personas y animales queridos así como los símbolos relacionados como ataúdes o cementerios)
  • miedos sociales (situaciones personales hostiles o agresivas, el miedo al ridículo, etc)
  • miedos a lugares cerrados o desconocidos (ascensores, túneles o habitaciones desconocidas)
  • miedo a la violencia física real o imaginada (guerra, armas, películas de terror, la oscuridad, estar solo en casa, )

 

Metodología empleada por nuestros psicólogos especialistas en Pamplona para fobias en la infancia

El EMDR es un enfoque holístico y complejo, que apoyado en las técnicas cognitivo conductuales y la intervención sistémica familiar, ha mostrado su eficacia en los trastornos fóbicos y miedos infantiles. La ansiedad ante un elemento fóbico, y los miedos infantiles, se origina en la historia del niño a través de experiencias que sobrepasaron su capacidad de integración y afrontamiento. El EMDR considera estos síntomas como la consecuencia de eventos de la historia de ese niño que le siguen influyendo en su presente, un problema subyacente a dar con él y tratarlo directamente. Este enfoque interviene no solo en las causas y síntomas , sino también en las capacidades de afrontamiento y la autoeficacia, permitiendo vivir con más calma y seguridad las diferentes situaciones de su vida cotidiana, y orientando a la familia en el manejo de las distintas reacciones y situaciones.