
El adulto ante un conflicto aumenta su tensión; ésta puede llegar a manifestarse a nivel corporal mediante la aparición de una enfermedad. En el adolescente esto se produce con mucha más fuerza. La causa de las molestias o afectaciones físicas que presenta en el cuerpo, es psicológica. La manifestación más frecuente de los trastornos psicosomáticos en adolescentes es sin duda la fatiga. Seguidamente, se manifiesta a través de cefaleas, siguiéndole de cerca los síntomas a nivel digestivo (con diarreas, náuseas, vómitos, y dolores abdominales).
Los síntomas físicos sin etiología orgánica propiamente dicha, son muy frecuentes en la población adolescente. Estas quejas de dolor físico no tienen por qué suponer una alteración en el funcionamiento general del joven.
Hay en casos que tanto la intensidad y frecuencia del dolor en el adolescente, como la propia preocupación de los padres que intuyen que, a pesar de descartar ausencia de causa orgánica, algo sucede, requieren de ayuda psicológica. Esta ayuda se hace imprescindible cuando comienza a interferir en su vida escolar, familiar o social.
En otros muchos casos, este tipo de dolores generan desconfianza en los padres, dado que aumenta el absentismo escolar en muchos casos así como el cumplimiento de sus obligaciones. Esto facilita que padres y profesorado se centren en ese beneficio secundario, y se enreden en reproches, enfados o tratar de ignorar el problema. Todo ello será ineficaz agravando tanto el conflicto interno del chaval, el clima familiar, como las quejas orgánicas. Es recomendable vivir los dolores a nivel familiar como ciertos; si bien que nuestra atención y comunicación no se base principalmente en este trastorno psicosomático con nuestro hijo adolescente.
Esta expresión de dolor emocional a través de quejas físicas tiende a enmascarar una depresión, un cuadro de ansiedad, una ansiedad por separación, e incluso un maltrato físico o un abuso sexual. En adolescentes con personalidades hiperperfeccionistas, vergonzosos, complacientes, con alto control de sus emociones, y autoexigentes, este tipo de manifestaciones es marcadamente frecuente.
En estos casos, siempre debe descartarse médicamente una afectación orgánica por parte del pediatra, a partir de lo cual, realizar un abordaje psicológico que trate la problemática subyacente, que facilitará una mejora en los aspectos somáticos.
Terapia utilizada por nuestros psicólogos especialistas en trastornos psicosomáticos en adolescentes en Pamplona
El EMDR es un enfoque holístico y complejo, que apoyado en las técnicas cognitivo conductuales y la intervención sistémica familiar, ha mostrado su eficacia en los trastornos somáticos. El EMDR considera el síntoma del dolor corporal, la consecuencia de eventos de la historia de ese adolescente que le siguen influyendo en su presente, un problema subyacente a dar con él y tratarlo directamente. Este enfoque interviene no solo en las causas y síntomas, sino también en las capacidades de afrontamiento y la autoeficacia, permitiendo vivir con más calma, capacidad de disfrute y seguridad sus emociones, y las diferentes situaciones de su vida cotidiana.